Esta es una anécdota que TENGO que relatar... nuestro viaje de
Buenos Aires a Roma con perro, gato, guitarra, panza, 4 valijas y la mochila de
la cámara de padredemihija (merece
ser mencionada por su peso y dimensiones). Es una historia larga… pero no puedo
dejar nada de lado.
El viaje comienza un mes antes cuando empezamos los trámites
para llevarnos a las bestias sudakas, levantadas de la calle, a las Europas. El trámite en sí era una búsqueda del tesoro
delimitada estrictamente por fechas exactas en las que debíamos ver
veterinarios, dar vacunas y certificar papeles en SENASA, así que decidimos no
arriesgarnos y darle ese lindísimo trabajo a una veterinaria con experiencia y
contactos que hizo todo un mismo día poniendo distintas fechas en cada
papelito. La cuestión es que la joda de los animalitos entre los gastos en trámites, micro chip (si
si mis animales tienen microchip, requisito para entrar a Italia), jaulas
transportadoras y pasajes, gastamos una fortuna!!!!!!!!!! Padredemihija no estaba muy feliz … pero como dijo mi
sabia madre: “ella nunca te mintió
respecto a su amor por sus bestias, fue directa desde el principio” así que
refunfuñando bajito lo aceptó.
Días antes de viajar descubrimos que Gómez sufre de mareos
en movimiento, lo que le causa una terrible salivación… estilo catarata desde
la boca. Desesperados, consultando por todos lados que hacer, con miedo a que
el perro se deshidrate en 14 horas de movimiento, nos recomiendan darle
paratropina y dramamine antes de viajar.
SALIDA A EZEIZA–
partimos en el auto de mamá y un remis cargando todos los bultos, incluyendo al
gato. Perro, mamá, hermana, padredemihija
y yo en el auto. Mamá tratando de hacer conversación amena pronunció estas
palabras que resonaron en mi cabeza todo el vuelo: “qué lindo día para volar!”.
Nota: La paratropina no hizo efectos aun.
Cuando llegamos teníamos que ir a la terminal donde está
SENASA que obviamente no era la misma de donde salía nuestro vuelo, sino la que
estaba más lejos de ella. Cargando el carrito con las jaulas y las bestias,
entramos en ezeiza y ZAAAAZS! Se cae la jaula con el gato, que oportunamente ya
había hecho pipi… así que cual efecto centrifugador, el gato se embadurnó en su
propio meo y esparció su dominio sobre la jaula del perro y el piso de Ezeiza… lo
lindo es que el gatito amoroso viajaba en la cabina con nosotros.
Por desgracia o fortuna, el baño más cerca de SENASA estaba
clausurado, así que no podíamos limpiar nada. Pero apareció una señora de
limpieza que se compadeció de nosotros y nos prestó todos sus petates para atacar jaulas y bichos. Aquellos que conocen las virtudes del
olor a pis de gato sabrán que aun así no fue suficiente, y que el olor
persistió (hasta llegados a casa en Italia).
En SENASA (ventana minúscula con un timbre) un señor miró
los papeles pero jamás miro las bestias. Podría estar llevándome un yaguareté y
un tapir, que al tipo le daba igual. Controló minuciosamente los papelitos y
los sellitos, se acordó de hacernos pagar una tasa de aeropuerto… y fin de la historia.
Así que de ahí caminando al ooootro lado de Ezeiza con
carritos y animales malolientes.
CHECK IN – salió todo más o menos bien… no tuvimos exceso de
equipaje (jua!!!) y nos dieron 4 asientos para los 2, visto que viajábamos con
panza y gato a cuestas. Padredemihija
se va al baño a lavar al gato (eso mismo, a LAVAR al gato en la bacha del baño)
porque el olor era imposible. Y yo me voy a dejar a Gómez por una puertita
donde una vez más nadie miró que animal había dentro. Pianté lagrimón a full…
SUBIMOS AL AVION – instalados y casi felices pensábamos “Ya está! Paso lo peor” - ERROR - no podíamos estar
más equivocados!! La jaula del gato no entraba debajo de los asientos, así que
viajó debajo de nuestros pies. Los intentos de padredemihija en bañar el gato fueron en vano, así que al pobrecito lo
cubrimos con una mantita y así viajó Totti, en un efecto submarino de su propio
aroma.
Despega el avión y el capitán amablemente se presenta y
prosigue a relatar:
“A lo largo de este
vuelo sufriremos de algunas turbulencias, pasando de argentina a Brasil atravesaremos
la tormenta nosequemongo, a lo ancho
del atlántico se cruzan los vientos X
con el Y creando la tormenta lapu*queteparió. Una vez en África, la
tormenta delalora nos hará mover un poco,
y llegando a Roma los vientos del norte los hará despedir el desayuno por la
nariz.”
TRADUCCION: ajústense los cinturones y disfruten 14 horas de
SAMBA … y así fué. Tanto es así que de lo que se movía el avión no podíamos mirar
pelis en la pantallita porque te mareaba fijar la vista. Las azafatas sirvieron
todas las comidas sin carritos porque era peligroso tenerlos en los pasillos. En
un momento padredemihija, que tiene más
horas de vuelo que un piloto, entra en pánico… (Mayday mayday!) Yo trato de
calmarlo diciéndole que mire a las azafatas, que si ellas están tranquilas
nosotros deberíamos estarlo también –otro comentario afortunado - Una hora después teníamos azafatas en pánico
corriendo a sentarse, una se sienta en el asiento al lado mío porque no llegaba
al suyo y desesperadamente trataba de cerrarse el cinturón de seguridad. En el avión NADIE
pronunciaba una palabra, silencio absoluto. Y así llegamos a Roma, una hora después.
Nadie habló, nadie lloró, nadie suspiró profundo hasta que la lucecita de abrocharse
el cinturón se apagó. En total, debemos haber dormido 1 hora cada uno, y no de
corrido.
...Qué lindo día para volar dijo mamá…
ROMA – esperando las valijas, lo único que quería yo era a
mi perro. Y nadie sabía decirme por donde retirarlo, hasta que finalmente
espere en un lugar y media hora después un señor me abre un portón y veo la
jaula de Gómez, que cuando me escucha empieza a mover su cola frenéticamente “tulun tulun” contra el plástico de la
jaula… volví a respirar tranquila. En Italia nadie miró a nuestras bestias ni sus papeles - el yaguareté y el tapir microchipeados
entraron tranquilos a Europa.
Por suerte nos esperaban mi suegro y cuñada (con piccola
sobri) y nos llevaron directo a nuestra casa, donde los divinos habían hecho la
cama, encendido la caldera (un frio de 3 grados afuera) y hasta habían hecho
una compra en el super así no teníamos que salir.
no es facil dejar buenos aires...
ResponderEliminarbueno, que viajecito!
ResponderEliminarpero llegaron al calido hogar en italia! que grosos que los esperaban con la casa en condiciones!
ya pasara el tiempo y se reiran de las anecdotas, y meno mal que con tanto baile vos no te descompusiste, nena! a mi, volviendo de chile con panza de 6 meses me paso de atravesar una "zona de trubulencia" muerta de hambre y lance todo!! jajajaja que horror!!
besos
Si, por suerte no me sentí mal. Pero admito que en un punto no me bancaba más el dolor de espalda y me largué a llorar! tanta turbulencia me hizo bolsa el cuello y la zona lumbar... TREMENDO! Mis suegros se pasaron, fue una felicidad llegar a una casita calentita. beso!
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